Un gran encuentro, en apuntes
Los rasgos salientes de cuatro jornadas con premios, diálogos y figuras
El Centro Cultural Borges mostró la semana última un gran movimiento de profesionales de la arquitectura, invitados y asistentes, estudiantes y disertantes, todos interesados en observar las obras, tendencias y estilos que trajo la X Bienal Internacional de Arquitectura BA-05 de la mano del Centro de Arte y Comunicación (CAYC).
Con grandes figuras internacionales presentes, los que se llevaron los silencios más respetuosos y la sala más repleta -aunque vale aclarar que nunca bajó del 80 por ciento de ocupación- fueron César Pelli (con la humildad habitual, apabulló al auditorio con una secuencia de realizaciones notables por sus dimensiones y cualidades formales); la mesa de maestros integrada por Clorindo Testa, Justo Solsona y Mario Roberto Alvarez (que aprovechó la ocasión para recomendarles a los estudiantes algunos libros olvidados como el Choisy y El Manantial), y el suizo Mario Botta, que mostró la ampliación de la Scala de Milán.
La imagen es todoLa Bienal fue, en todo sentido, un gran despliegue de imágenes: maquetas por doquier en los foyers, láminas y muestras. Entre las más recorridas, la representación tridimensional, anticipo del conjunto de relatos de arquitectos argentinos que se llevará a la Bienal de San Pablo, y el Proyecto City Life, para el ex predio de la Feria de Milán, en formato multimedia con la presencia de un equipo de primer nivel, que también se presentó en coloquio con Luigi Roth, presidente de la Feria, a la cabeza, junto a Pier Paolo Maggiora.
En las conferencias magistrales, muchos, como el noruego Einar Jarmund o el brasileño Ruy Ohtake, eligieron presentaciones abiertas en cuanto al contexto (paisajes, fragmentos de cine y pinturas para situar su arquitectura), mientras que otros, como Oriol Bohigas, manifestaron que la imagen no es todo. El arquitecto fue puramente verbal y aclaró: "Me aburren cada vez más esas conferencias ilustradas donde cada uno muestra sus obras, en general con poco y nada de autocrítica".
Perfecto españolAunque no fuera su lengua de origen, los disertantes decidieron hablar español. Por ejemplo, el alemán Sauerbruch Hutton, poco emotivo, pero muy didáctico. También así lo hizo, aunque con la ventaja de haber nacido en San Juan, Daniel Azerrad, hoy instalado en Israel, que acompañó su ponencia con algunos gags bien recibidos. Mientras mostraba un campus universitario desarrollado por su estudio contó: "La ley de edificación israelí exige que todos los edificios tengan estacionamiento, pero aquí no sé quién lo usará ya que la Universidad no puede otorgarles vivienda a los estudiantes con automóvil". La sala acompañó con risas. Otro de los momentos que ilustran el buen humor generalizado -siempre que las conferencias se iniciaran en los tiempos acordados, claro- ocurrió con Richard England, muy poético en su exhibición (dijo, por ejemplo, "usen los ojos que sienten y las manos que ven"), que al finalizar fue interceptado por su colega Josep María Botey: "Tu acabas de leer mi discurso -le murmuró al oído-, no sé qué voy a decir mañana".
Premios y emocionesLa última jornada reunió a todos los premiados para el cierre: Oriol Bohigas se llevó el Gran Premio Internacional X Bienal; Cristián Boza, la versión latinoamericana, y el estudio Bodas-Miani-Anger, la argentina. El Premio LA NACION a la Joven Generación fue para Matías Klotz, de Chile, y el Vitruvio para RTN Arquitectos; en cuanto a los concursos, Ricardo Blanco ganó el de diseño de joyas; Greis-Arvanitis-Cugat-Jover-Prieto se quedó con el Premio UP Grandes ideas en pequeño formato, y Adrien Fainsilber recibió el Premio CAYC a la trayectoria. La nómina completa en www.cayc.com.ar
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